Aunque jamás habría deseado tener la vida que tuvo.
Para su desgracia, los malos recuerdos del
pasado la perseguían en cada trazo que dibujaba, en cada línea que escribía y
en cada nota que tocaba.
Y esto la convertía en un ser horrible y miserable. Odiaba su arte: era triste, oscuro, macabro, deprimente... odiaba su vida, se odiaba a ella.
Y un día, desapareció.
Y su arte se fue con ella.
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