martes, 30 de abril de 2013

Ella era una artista, una bohemia.




Aunque jamás habría deseado tener la vida que tuvo. 
Para su desgracia, los malos recuerdos del pasado la perseguían en cada trazo que dibujaba, en cada línea que escribía y en cada nota que tocaba.
Y esto la convertía en un ser horrible y miserable. Odiaba su arte: era triste, oscuro, macabro, deprimente... odiaba su vida, se odiaba a ella.
Y un día, desapareció.
Y su arte se fue con ella.



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